lunes, 22 de octubre de 2007

Responsabilidad de la Iglesia

Esta es una encuesta que realizó el Sociólogo Christian Lalive en su estudio "El refugio de las Masas". 1968.
Pregunta: En su opinión, ¿piensa Ud. que la Iglesia Evangélica debe preocuparse de los problemas políticos y sociales del país y hablar sobre ellos?.


Pentecostales: si= 36 % no= 64% no sabe= 0
Protestantes: si= 92% no= 4 % No sabe= 4 %
Estudiantes Universitario= si= 100 %
Pentecostales: "Seria predicar cosa extraña del evnagelio"
"Seria Antibiblico"
"Nosotros debemos sembrar la palbra de DIos"
LA misión de la iglesia es salvar almas"
"Nosotros ayudamos a los afligidos a traves de la oración"
Protestantes: "respecto a los problemas sociales, la iglesia puede hablar de ellos ocacionalmente, pero sin entrar en el terreno politico"
"Si, pero solo en los aspectos que sean para bienestar a Chile"
"La iglesia debe iluminar al pecador y dar soluciones"
Estudiantes:
"La iglesia debe ubicarse en la sociedad y en el tiempo"
"La Iglesia es la voz profetica en el mundo"
"La iglesia debe ser responsable de lo espiritual como lo de material"
Páginas 144 y 146.

martes, 9 de octubre de 2007

La actualidad de la justicia social


¿Qué significa que en algunos países la gente muera de obesidad, y bote sus excesos de alimento, que se pudren en los anaqueles de los supermercados, mientras los niños del África mueren de hambre? ¿Qué sentido tiene que en occidente nos quejemos porque no tenemos lujos, y en algunas zonas de oriente, las multitudes mueran en silencio por inanición? ¿Qué significa que un perrito en Suecia tenga mas recursos que cincuenta niños de Darfur?

No sé lo que significa, pero propongo un motivo. Para explicarlo, debo citar a uno de los más grandes economistas: Adam Smith. El propuso que trabajando para nosotros mismos, siendo industriosos, y efectuando libre intercambio de bienes,(a través de la mano invisible de los precios) se genera la riqueza de las naciones. Donde este libre mercado no existe, se generarían, según esto, fuerzas que distorsionan la eficiencia humana, y a la larga sumen a los pueblos en escasez.

Es un error creer que Adam Smith predicó el egoísmo. Por el contrario, como dice Hayek, todas sus simpatías estaban con el uso benevolente de las mayores rentas que el sistema liberal reportara. Es decir, la gente ganaría más con el libre mercado, para a la vez, ser más dadivosa.

¡Justamente en esto fallamos! Más que capitalismo o socialismo, es un problema de egoísmo, que no tiene nada que ver con las bases filosóficas de ambas corrientes. Si hubiera amor y caridad, el neoliberalismo no necesariamente generaría desigualdad. Pero los empresarios creen que porque la teoría dice que el hombre es un homo económicus, el homo sapiens ha de comportarse y justificar a los que se comportan como tales. Creen que la única utilidad que han de maximizar se expresa en pesos. Pero los estudios muestran que la gente más feliz no está necesariamente en los países más desarrollados.

Es el amor y la solidaridad lo que crea los verdaderos imperios. Los verdaderos imperios no son imperialistas: son los países en que la gente vive feliz. En Islandia existen los más bajos índices de depresión, la gente reporta más que en cualquier otra parte del mundo estar tranquila y en paz. Islandia es un país frío e inhóspito, una islita perdida en el océano. Es cierto que es un país desarrollado, pero no tanto como otros en que el stress abunda.

No creo que la solución a la desigualdad en Chile y el mundo esté en las presiones sindicales o en la lucha izquierdista o anarquista. Tampoco en el libre mercado sin regulaciones, en el Darwinismo social. Mucho menos en la estatización indiscriminada, en el odio a los ricos, o en la lucha anti imperialista. La desigualdad solo puede combatirse con educación valórica, profundamente generosa, que no remarque las diferencias, que enseñe a respetar a todo ser humano por ser lo que es. Que nos de una visión de cuerpo, de que todos somos un poco responsables de la felicidad de todos. Una educación clarificadora, vivificante, que nos enseñe que mas allá de los modelos que usemos para analizar al hombre, el hombre es más que esos modelos. El cristianismo nos provee un modelo a seguir, que no debe ser impuesto, pero si, adecuadamente propuesto.

La justicia social no es atávica como postula Hayek. Por muy arcaica que sean nuestras concepciones de amor al prójimo, es lo que somos ahora, y no necesariamente lo queremos cambiar. La economía del mundo nos ha formado desde hace millones de años, es verdad, pero no tenemos otro punto de partida. Exigimos ser felices en el presente estado evolutivo, y punto. El hombre anhela amar y ser amado, y punto. Es con este amor que muchos de nosotros anhelamos un mundo en que el más pobre, tenga lo suficiente para ser feliz. Y ni Dios ni nosotros descansaremos un solo instante para lograrlo.