domingo, 30 de septiembre de 2007

AVIVAMIENTO PENTECOSTAL 1909: Breve Reflexión


Se han arrojado datos acerca de los “avivamientos”. Si yo tuviera que hablar ¿Qué es un avivamiento y como este influye en una iglesia o nación?.

En el mundo cristiano, por el año 1909 en Valparaíso Chile se produjo un evento en lo que Juan Canut De Bonh, un pastor Irlandés, iba dejado en nuestro país. El derramamiento del Espíritu Santo en la Iglesia evangélica en Chile, en ese momento se llamaba Iglesia Metodista Episcopal.

Pero no voy entrar en detalles de la historia de estos eventos. Me gustaría dar un panorama de las cosas que sucedían en chile; este periodo en Chile. Gobernaba la oligarquía chilena, se intentó fracasadamente implantar un sistema parlamentarismo. Las compañías salitreras empezaban a ganar dinero a costa del trabajo de clase obrera. Los índices de analfabetismo eran catastróficos, los índices de alcoholismo en Chile eran los más altos en Latinoamérica.


Un avivamiento es un periodo que viven las iglesias, en el cual Dios actúa poderosamente en la vida en comunidad. Es cuando Dios mira una congregación para hacerla crecer y revestirla de poder y fuerzas para trabajar en el reino de justicia.

En el pueblo de Israel, experimento un avivamiento en el periodo de Nehemías. Nehemías era un sirviente de un rey Arterjejes en la ciudad Susa la capital del imperio Persia Medos. Fue llamado por Dios para reconstruir un muro de ciudad de Jerusalén, donde llevo un proyecto de justicia y arrepentimiento para esta nación. El avivamiento produjo reconciliación entre los opresores y oprimidos; arrepentimiento, y por sobre todas las cosas una búsqueda de Dios.

Todos los avivamientos que han empapado la historia provocan lo mismo, reconciliación y a la vez división, una búsqueda de Dios y alejamiento de una vana manera de vivir, eso fue lo que provoco en Chile. Coincidió que en Chile hubo un despertar en “cuestiones sociales”, por esos años las obras de Satanás empezaron a deshacerse por la intervención de un movimiento popular y espiritual, los Pentecostales.

Ahora bien, los avivamientos empiezan cuando las iglesias buscan insaciablemente la presencia del Espíritu Santo, cierto, pero también son impulsadas a buscar la justicia de una nación, es el empezar a vivir vidas de negación a nosotros mismo y someternos a Dios como lo absoluto.

La mayoría de los avivamientos se hacen cuando los cristianos buscan la palabra como inspiración, en la mayoría acuden al libros de los Hechos. Por esto es primordial buscar la palabra y la oración para que Dios derrame un avivamiento y deshacer las obras de Satanás.

Un avivamiento no es solo un show carismático es un compromiso hacia Dios y la sociedad.



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viernes, 21 de septiembre de 2007

Ética con sentido


Enlazados en el espíritu humano desde que el hombre es un ser consciente, están los conceptos de bien y mal. El hombre percive, categoriza y relaciona, lo que a su vez se enriquece con una amplia gama de emociones y sentimientos. Todo esto cristaliza en deseos y anhelos: deseo de sobrevivir, de alimentarse, de amar y ser amado, y de vivir en sociedad.

Desde su mas tierna infancia, el hombre ve frustrados muchos de sus deseos. El mundo nunca es como él quisiera que fuera: no, al menos, en términos ideales. Por eso el ser humano nace llorando, y repite el llanto como experiencia natural a lo largo de toda su vida.

El ser humano anhela vivir, pero la muerte se presenta como escollo insalvable. Anhela sentirse bien, pero sus deseos se frustran por la falta de salud y la hostilidad de la naturaleza que lo circunda. Anhela amar, pero su deseo se ve limitado por la guerra con sus semejantes, con el otro que es igualmente ávido en la búsqueda del propio interés. Cae en cuenta pues, el ser humano, de que no todo es bueno para él, no todo es deseable. Y lo que es peor: nota que la muerte amenaza a la vida con el sin sentido. Todo esto pone al hombre frente a frente con la realidad del mal, con el lado oscuro, poco deseable de la vida.

El bien y el mal se presentan entonces a la experiencia humana como dos caras de la misma moneda. Un mismo acto puede ser malo en un contexto, y bueno en otro, dependiendo de sus concecuencias. Pero tal ambiguedad es inaceptable para vivir en comunidad. Por eso, desde la antiguedad mas remota, las sociedades dictan reglas que buscan establecer las conductas deseables, y desinsentivar las malas. Todo propende a la búsqueda de satisfacción de los anhelos espirituales del hombre.

Por eso, los primeros sistemas legales estaban fuertemente ligados a la religión. Aún hoy, el Cristianismo busca llevar la moral a lo mas profundo del pensamiento y el sentir, traspasando los límites de una ética de la conducta observable. Busca juzgar y reglamentar el motivo y el sentir que hay tras una acción, antes de que la acción misma sea llevada al efecto. Esto es claramente notorio en el sermón del monte.

Es por esto que el cristianismo presenta una solución ética radical al problema de la vida y la convivencia humana. La palabra expresada por Jesús de Nazaret busca cambiar al individuo en sus pulsiones mas internas, con la mira de insertarlo en una nueva humanidad, que puede perfectamente comportar un pacto social renovado, basado en el amor. Pretende así, cambiar a la sociedad en base a cambiar al individuo, y al individuo en base a una nueva y sincera experiencia interior, que tiene como sustento la fe, y como guía, el amor.

El cristianismo propone entonces solución al problema del sin sentido, al afirmar la continuidad de la vida después del cese de las funciones biológicas y la dependencia de Dios. Y al problema de la convivencia, mediante la ley del amor. En nuestros tiempos de conflicto social e individualismo, nos vendría bien tomar en cuenta una propuesta como esta.